El mundo veterinario ha visto mermados sus suministros de ivermectina, una solución usada como antiparasitario para algunos animales. La principal causa: la desinformación, pues muchas personas han afirmado, sin pruebas, que este medicamento ayuda contra el coronavirus.
La escasez de ivermectina está afectando a los animales
Cuando empezó el 2021, la veterinaria Karen Emerson, de Misisipi, poseía en su clínica un frasco de 500 ml de ivermectina, medicina que emplea para acabar con los parásitos en perros, gallinas, caballos y otros animales.
Viendo que el bote se vaciaba, inició los trámites comunes para obtener más. Sin embargo, tras mucho trabajo de su personal, solo lograron conseguir 50 ml más. Ningún proveedor era capaz de proporcionarle más unidades.
Así fue como Emerson se vio obligada a racionar la medicina, dándosela a solo a animales exóticos para los cuales no tenía otro desparasitante. Del mismo modo, se vio forzada a proponer a los dueños de mascotas, como perros, otro medicamento mucho más caro.
La veterinaria estaba sorprendida ante la falta de ivermectina, pues nunca había tenido problemas con el suministro. Entendió lo que pasaba cuando una cantidad ingente de personas comenzó a llegar a su hospital en búsqueda de ese medicamento para tratar el COVID-19.
La desinformación: el peor enemigo de las personas y, en este caso, de los animales
Durante más de un año, medios y personajes públicos han hablado sobre la eficacia de este medicamento para tratar y prevenir el virus sin tener pruebas de ello. Y esto, aun cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. ha dicho que el medicamento no está aprobado para ello y ha pedido a la población que no se lo administre.
La situación ha provocado que, como si los hospitales no tuviesen poco trabajo, hayan tenido que atender a personas con sobredosis por este medicamento, además de la escasez que ha generado en veterinaria.
Es cierto que algunas formulaciones de la ivermectina pueden ayudar frente a liendres y otros problemas en las personas, pero otras no y estas sí son comunes en las industrias equinas y de ganado para matar parásitos y gusanos. Ahora, estos animales se están viendo realmente afectados.
Algunos comercios distribuidores tienen listas de espera de más de 600 solicitudes y otros han tenido que imponer medidas para la venta, ofreciéndoselo solo quienes pudiesen probar que tenían un caballo.
Cuando la popularidad del medicamento comenzó a aumentar, muchos veterinarios se prepararon para la posible escasez. Algunos adquirieron provisión del mismo como para dos años. Otros no actuaron con tanta rapidez y, ahora, el mundo de la veterinaria, así como los propietarios de ranchos y granjas están realmente preocupados. Han tenido que cambiar a alternativas genéricas o mucho más caras. Incluso los hay que tienen que echar mano del medicamento ya caduco.
Y con todo esto, algunas personas todavía no comprenden el efecto de la desinformación y hasta qué punto pueden extenderse sus consecuencias.
