El agotamiento físico y sobre todo mental, es un problema muy relevante en el sector veterinario, afectando a veterinarios, asistentes, técnicos, etc. Esta situación cada vez se ve más agravada entre los profesionales jóvenes.
El agotamiento de los veterinarios jóvenes, aún más evidente tras una encuesta
La fatiga es muy habitual entre los profesionales del sector veterinario. Esto no solo afecta a su rendimiento, sino que, principalmente, su salud se ve muy perjudicada, hasta el punto de que muchos se plantean u optan abandonar su carrera. De hecho, las consecuencias pueden ser mucho peores, teniendo tristemente esta profesión una tasa de suicidio muy alta.
Debido a su experiencia personal luchando contra el agotamiento, Ivan Zak, CEO de Vis, una consultora veterinaria, decidió buscar una solución, investigando sobre si una metodología adecuada de gestión empresarial podría disminuir la fatiga y agotamiento por compasión en el terreno veterinario. Zak recibió casi 1500 respuestas a sus preguntas.
Los encuestados mostraron unos niveles de angustia muy altos, además de signos de cansancio físico y mental e, incluso, pavor al pensar en el trabajo que tenían que realizar.
Sin embargo, uno de los datos arrojados que más sorprendieron de la encuesta es la correlación entre la edad del encuestado y el nivel de agotamiento de los veterinarios: los menores de 30 años eran los que sufren las consecuencias más significativas. Y eso no es todo, también estos son los que menos entusiasmados están con su trabajo.
El equilibrio entre vida y trabajo, uno de los condicionantes
Según Zak este problema entre los veterinarios jóvenes vendría dado porque son ellos quienes ponen más énfasis a la hora de tratar de equilibrar la vida personal con el trabajo. La frustración experimentada al no lograr hacer frente a esto con éxito y otros factores, como pueden ser los problemas del día a día en los centros, parecen ser los detonantes de ese agotamiento entre veterinarios.
Gracias a estas conclusiones, Zak opina que será más sencillo iniciar el camino para cambiar la manera que tienen los profesionales del sector de sentir su trabajo. Además, otro estudio realizado determinó que solo 1/3 de los profesionales recomendarían la veterinaria como profesión, precisamente por el agotamiento que conlleva. Por lo tanto, de no poner solución al bienestar de los veterinarios, el futuro de la industria podría verse perjudicado.
La pandemia aumentó los niveles de estrés
Sabemos que la pandemia y el confinamiento derivado de ella aumentó el número de adopciones de mascotas. Eso significa un incremento en el número de clientes para las clínicas veterinarias, pero también hacer frente a mucho más trabajo con unas condiciones muy diferentes.
Las empresas veterinarias han tenido que adaptar su trabajo a los requerimientos por Covid-19 y no solo eso, sino que, además, han tenido que hacerlo atendiendo a muchos nuevos propietarios con infinitas dudas y exigencias, además de los que ya existían. Esto ha provocado es el incremento de estrés y frustración entre los profesionales veterinarios.
Definitivamente, estamos ante un problema que no se puede ignorar. Hay mucho en juego.
Ver artículo: Testimonios: lo más duro de la profesión veterinaria