La situación laboral de muchos trabajadores no es del todo positivo. Y no nos referimos a condiciones laborales como el horario o el sueldo, sino a cómo se sienten en sus puestos de trabajo y respecto a ellos. El síndrome del quemado o burn out también es común entre los veterinarios y hoy os hablamos de ellos.
¿Qué es el síndrome del quemado o burn out?
El síndrome del quemado o burn out es un tipo de estrés laboral muy extendido. Se trata de una ansiedad crónica que hace que la persona que la sufre sea incapaz de establecer las estrategias que le ayuden a afrontar las situaciones que han propiciado su aparición.
Esto puede ser por múltiples razones: desde una dirección muy autoritaria, la microgestión por parte de los líderes o un exceso de tareas y/o responsabilidades.
Aquellos trabajadores que sufren el síndrome del quemado, sean veterinarios o no, continúan realizando sus labores, pero experimentan un «despido interior». Eso supone:
- La destrucción de su rendimiento laboral.
- El camino hacia la alienación, la apatía y la agresividad.
Todo ello conlleva consecuencias negativas para la empresa y para el trabajador.
Síntomas de los trabajadores con síndrome del quemado
Algunos datos publicados por Europa Press, señalan que este síndrome suele tener una mayor incidencia en mujeres y en personas jóvenes, especialmente aquellas que no tienen mucho apoyo familiar.
Quienes padecen este síndrome suelen caracterizarse por:
- Tener una baja autoestima.
- Escasa tolerancia al fracaso.
- Alteración frecuente de los estados de ánimo.
- Tienen un alto idealismo hacia el trabajo.
- Dan excesiva importancia a las relaciones interpersonales en el trabajo.
Si el síndrome del quemado o burn out aparece en los profesionales veterinarios de tu centro, las señales que esos trabajadores mostrarán serán:
- Desapego hacia el trabajo y todo lo relacionado con él.
- Sensación de continua falta de energía.
- Ira, frustración y tristeza generalizada.
- Incapacidad para lograr una realización personal.
- Comunicación deficiente.
- Estado permanente de nerviosismo.
- Impaciencia.
- Dificultad para concentrarse.
Estos síntomas pueden agravarse si se sontienen en el tiempo. Ello puede desembocar en el absentismo laboral o problemas más graves de salud como depresión, insomnio, cefaleas o trastornos gastrointestinales.
Cómo evitar el síndrome del quemado o burn out en los veterinarios
Este problema debe ser atajado desde la propia empresa, puesto que uno de los factores de riesgo más fundamentales es el ambiente organizacional dentro de la misma. Por ello, hay que atajar ciertas cuestiones:
- Sobrecargas de trabajo.
- Falta de apoyo.
- Falta de confianza.
- Recompensan insuficientes.
- Falta de autonomía.
Para ello se pueden y deben poner en práctica varias medidas:
- Generar confianza en tu equipo veterinario.
- No emplear la microgestión, hay que delegar.
- Entrevistar a los empleados con cierta regularidad para saber cómo se encuentran.
- Favorecer la conciliación profesional.
- Apostar por la autorrealización de cada trabajador conociendo sus objetivos y abriéndoles camino para conseguirlo.
Fomentar el bienestar de los empleados de tu centro veterinario es esencial para el buen funcionamiento del mismo. El síndrome del quemado entre tus compañeros veterinarios es un gran enemigo en ese aspecto.