Por qué cuesta decir que NO en el trabajo veterinario

Por qué cuesta tanto decir NO en el trabajo veterinario

Salud mental de los veterinarios

Está claro que para ser un buen profesional se requiere implicación. El problema es que, a veces, nos implicamos tanto que cuesta responder negativamente ante algunas peticiones, aunque estas nos superen. ¿Por qué cuesta tanto decir NO en el trabajo veterinario?

Si es tu caso, quizás conozcas tu respuesta personal, pero aquí os mostramos las razones más comunes.

Razones principales por las que es difícil decir NO en el trabajo veterinario

Son muchas las causas que pueden llevar a una persona a no ser capaz de expresar su inconformidad y negarse a realizar ciertas tareas dentro del ámbito laboral.

Entre los motivos más habituales por los que esto sucede se encuentran los siguientes.

Miedo al rechazo

Hay una creencia muy extendida que hace pensar que mostrarse de acuerdo con todos hará que estos nos acepten más, siendo mejor valorados por compañeros y, especialmente, por los superiores.

Deseabilidad social

Ser complacientes es otra de las causas por las que cuesta tanto decir NO en el trabajo veterinario. La base de esto están en creer que eso es lo que se espera de nosotros.

Pero, ¿alguien te ha dicho lo que espera de ti o eres tú poniéndote el listón demasiado alto?

Presión de grupo

La necesidad y el deseo de ser uno más dentro del equipo veterinario es otro de los motivos que llevan a un trabajador a no decir que no a nada.

Todos trabajan y todos deben colaborar, pero, ¿están las tareas repartidas equilibradamente? Y, aunque lo estuviesen, todos tenemos nuestros límites.

Razones principales por las que es difícil decir NO en el trabajo veterinario

Experiencias negativas previas

Si en algún momento un empleado tomó la decisión de decir que no a una tarea y por ello sufrió represalias (hablaron mal de él, sus compañeros se distanciaron…), es posible que ahora le cueste rechazar las peticiones para no revivir esa situación.

Temor a las represalias

Aunque no se haya dado lo mencionado en el punto anterior, el miedo a las represalias también puede estar presente en el trabajador.

No hay asertividad

Quien piensa que no es capaz de decir que no sin dañar al interlocutor, siempre acabará dando su brazo a torcer.

Baja autoestima

La falta de autoconfianza también puede ser otra de las razones por las que cuesta tanto decir NO en el trabajo veterinario.

Muchas veces no nos valoramos lo suficiente, por lo que pensamos que el hecho de que nos pidan más y más trabajo es un lujo porque confían en nosotros y no podemos negarnos a ello.

Demasiada implicación emocional con el trabajo

Sin duda, uno de los motivos con más peso que llevan a no poder decir NO en el trabajo veterinario es la implicación emocional que se desarrolla con la profesión.

Ese querer hacer el bien por los animales y ayudar a sus dueños es la base de este trabajo, pero aun así, siempre hay que establecer límites.

Consecuencias de no saber decir NO en el trabajo

Consecuencias de no saber decir NO en el trabajo

Aceptar todo lo que se pide en el ámbito laboral sin parar, trae consigo consecuencias muy negativas. Entre ellas:

  • Los demás jamás sabrán dónde están tus límites, por lo que verán normal el poder pedirte siempre más y más.
  • Los niveles de ansiedad y estrés se dispararán.
  • El sentimiento de culpabilidad será muchísimo mayor el día que te sea imposible trabajar (por ejemplo, si enfermas).
  • También aparecerá la soledad emocional.
  • Te mostrarás mucho más irritable ante la cantidad de trabajo al que tienes que enfrentarte.
  • Puedes sufrir el síndrome del quemado o burn out.
  • Tu autoestima también se puede ver afectada, pues aunque a priori lo hagas porque consideres que los demás te valoran y por ello delegan en ti, tu cansancio físico y emocional harán mella en tu salud.
  • Puedes sentir que se aprovechan de ti, con la frustración que ello conlleva.

El exceso de trabajo es uno de los principales factores que conduce a problemas de salud mental entre los profesionales veterinarios.

Aunque durante un tiempo parezca posible asimilarlo todo, el agotamiento siempre acaba por aparecer. Por eso, debes empezar a plantearte dónde están tus límites y aprender a decir NO.

Recuerda que decir que SÍ a todo cuando no lo sientes de esa manera, es decirte que NO a ti mismo, a tus deseos y necesidades.

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