Como fueron muchas las respuestas que recibimos de los profesionales del sector veterinario hablando sobre qué era lo que más felices les hacía de su trabajo, aquí os mostramos unos cuantos testimonios más.
¡Seguro que con más de uno os sentiréis identificados!
Qué da la felicidad en su trabajo a los profesionales en veterinaria
Daniel Daldoz es especialista en fauna silvestre autóctona y exótica, y en cirugía. Nos dice: «Lo que más me gusta de mi trabajo, es que soy feliz realizándolo. Que puedo ayudar, aliviando el dolor de un animal y devolviéndole una calidad de vida buena...».
Esto incluye seguir unos pasos, que comienzan por concienciar a los propietarios sobre la especie que poseen. «En el caso de que el animal no pueda volver a la naturaleza, se asesora sobre una correcta calidad de vida, brindada a través de conocimientos sobre el medio ambiente donde vive, cómo debe ser una dieta adecuada y balanceada para la especie y principales enfermedades a las que es susceptible, llevando un control médico y sanitario estricto».
Y es que, indudablemente, dar la información necesaria a los propietarios de los animales sobre sus requerimientos más importantes es otra parte fundamental de la profesión veterinaria.
Nerea Santos también nos contó qué le gusta de su profesión y la hace feliz: «Lo que más me gusta de mi profesión es ver como los animales salen por la puerta, a veces, como nuevos. Trabajo en la UCI de un hospital veterinario y ver como evolucionan día a día es maravilloso».
Además, añade: «A veces creo que es milagroso cómo podemos operar a un animal en estado muy grave y ver como al día siguiente está evolucionando superbién. En humanos, esto es prácticamente imposible, los animales están hechos de otra pasta». En Mundo Vets estamos totalmente de acuerdo. Los animales son maravillosos en todos los sentidos, hasta para darnos lecciones de fortaleza y superación.
Para muchos profesionales, los vínculos que se establecen con algunos pacientes a través de los años es un motivo muy fuerte de felicidad.
Por ejemplo, Raquel Fernández nos decía que una de las cosas que más le gusta de su trabajo es conocer a un cachorro en su primera consulta y luego verle crecer. Pero, además, señala otras situaciones que le provocan satisfacción: «Cirugías de urgencias que salen adelante o cuando un animal, después de estar un tiempo hospitalizado, se va a casa en buenas condiciones. Y sabes que tu trabajo de medicar, los paseos, la rehabilitación, el sentarte una hora intentando que coma por todos los medios hasta el punto de pringarte entera para conseguir que algo le llame la atención, los mimos… de verdad, merece la pena».
Raquel también destaca otros dos aspectos importantes que le gustan de su profesión. Por un lado, la satisfacción al observar la cara de los propietarios cuando ven la evolución de sus mascotas y la forma en la que lo agradecen. Por el otro, cuando el equipo de trabajo se vuelve parte de la familia. En sus propias palabras: «Creo que nuestro trabajo, tiene cosas malas, pero todo lo bueno que tiene, lo supera con creces».
Por su parte, Violeta Casillas nos cuenta: «Lo que más feliz me hace es, cuando después de tratar un paciente critico, que normalmente va siempre con miedo a consulta por toda la manipulación que ha tenido, llega el día de revisión y alta, y ese perrito muerto de miedo siempre te da un gesto de cariño o bien un besito o una caricia agradeciendo que lo hayas ayudado».
Confirmádnoslo, pero suponemos que el hecho de que los propios pacientes agradezcan de esa forma todo lo que hacéis por ellos, debe ser de las cosas más bonitas que tiene la profesión.
También quiso compartir con nosotros su opinión Maypú Águila. «Lo que más me gusta de mi trabajo, es poder ayudar, colaborar a la mejoría de un animalito… Verle caminar, comer, recuperarse y pensar «yo estaba ahí, le ayudé»».
También nos cuenta por qué decidió ser ATV: «Pues… De vocación, necesito cuidar de los animales, me satisface ser el puente, entre propietarios, mascotas y veterinario… Entre muestras, procesado y resultado. Entre pre y pos cirugía. Entre ingresos, cuidados hospitalarios y altas. Entre pedidos, albaranes y devoluciones (…). Al que quieren casi todas las mascotas que entran por la puerta y que me saluden entusiastas por la calle (…). Contestar al teléfono y por muy seria o tonta que pueda parecer la pregunta, intenta dar la mejor respuesta y tranquilizar al del otro lado de la línea».
Mónica Alonso nos decía: «Lo que me hace más feliz de mi profesión es el amor incondicional y el afán de superación que tienen los animales. Cada día dan de ellos lo mejor, da igual que tú estés estresado, enfadado, triste, etc. Ellos te reciben moviendo la cola, mostrándose contentos de verte e incluso aunque no lo conozcas, si te los sabes ganar, se van felices».
Y continúa: «Y qué decir de cuando ves que a pesar de estar enfermos se dejan tratar sin quejarse y demostrándote que pueden con casi todo, que no conocen la palabra rendición. En definitiva, hacen que tu día sea mucho más completo, feliz, lleno de amor y te demuestran que puedes luchar contra casi todo. Por ellos siento admiración». ¡Preciosas palabras!
Por su parte, a Almudena Fernández lo que más felicidad le da su trabajo es aliviar a los pequeños peludos, en cualquier momento de vulnerabilidad, ya sea por enfermedad o por separación temporal de sus propietarios. «Que sepan que estamos aquí y sentir que les reconfortamos, para mí, es, sin ninguna duda, lo mejor».
En las palabras de Erika Conejo vemos la importancia que tiene para ella, como para otras muchas personas, el equipo veterinario en lo que a felicidad en el trabajo se refiere: «Lo que me hace más feliz de mi profesión es la sensación que me produce actuar en situaciones de urgencia y trabajar en equipo para sacar al paciente de esa situación tan grave y conseguir que sobreviva, ver cómo poco a poco se estabiliza. Agotar todas las posibilidades en pacientes críticos, sentir la satisfacción de haberlo intentado todo, especialmente cuando las cosas terminan bien. Realizar procedimientos en pacientes muy graves y conseguir el resultado esperado, sintiendo la total confianza de mis compañeros en mi proceder. Todo eso, unido a tener un equipo al lado que siente lo mismo que tú y que lucha en la misma dirección, hace que me sienta muy afortunada y feliz».
Por último, tenemos la opinión de María Rangel: «Satisfacción. Quizás todo lo resumiría en esa palabra. Sería muy tópico decir «porque me encantan los animales», creo que es algo intrínseco en la profesión como ATV. La satisfacción traducida en felicidad de sentir que cada día aportas tu grano de arena para mejorar la vida de otros seres; cuidarlos, asearlos y atenderlos cuando se encuentran incómodos, intentar transmitirles confianza y seguridad cuando nuestro lenguaje no forma parte común de nuestra comunicación, tranquilizarlos cuando la calma se vuelve ausente en muchas ocasiones… Que sientan y que sus familiares sean conscientes que detrás de las puertas del centro, ellos están acompañados, que en procesos difíciles sus ojos encontrarán la calidez en otros que velarán por ellos».
Satisfacción. Se repite mucho en vuestras palabras y nos alegra saber que una profesión tan bonita cuenta con seres humanos tan increíbles como vosotros. ¡Gracias por dejarnos conoceros un poco más!
Ver: ¿Qué os hace felices a los profesionales veterinarios? – Parte I