Una pieza 3D para cerrar el cráneo de una gata

Una pieza 3D para cerrar el cráneo de una gata

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El equipo de Neurología del Hospital Veterinario AUNA de Valencia, encabezado por Alejandro Luján, consiguió cerrar el cráneo de una gata que había nacido sin parte de esa estructura ósea.

Esa característica le ocasionaba ceguera y convulsiones, pero gracias a un implante generado con tecnología 3D, se logró cerrar.

La cirugía se publicó recientemente en la revista JFMS Open Reports, pero se había llevado a cabo en el año 2018. A lo largo de estos cuatro años se le han hecho revisiones, además de pruebas de forma periódica al animal. Todo ha sido un éxito: la gata está recuperada y lleva una vida normal.

El procedimiento

La propietaria de Sansa, que así se llama la gata, la llevó al veterinario porque tenía un abultamiento considerable en la cabeza y no veía bien. Tras diferentes pruebas fue diagnosticada con Meningoencefalocele, una enfermedad que le provocaba que el 30% de su cerebro estuviese colocado fuera de la cavidad craneal.

Esta enfermedad es muy poco habitual en los animales de compañía y casi nunca se interviene quirúrgicamente para ponerle solución.

En su caso, decidieron intentarlo, así que esperaron a que su crecimiento finalizase para que el cráneo tuviese su tamaño adulto, mientras se le iba controlando las convulsiones con medicamentos.

Gracias a la tecnología 3D diseñaron un implante con el cual clausurar la corteza frontal de la gata y planificaron la cirugía. Esta duró 3 horas y en ella participaron 7 profesionales que se enfrentaron a un gran reto quirúrgico.

Durante la intervención, separaron el cerebro de la piel y colocaron el implante a la gata. Al día siguiente ya estaba caminando y a los pocos días le concedieron el alta.

Una operación vanguardista

Fuentes del hospital veterinario explicaron que esta operación consistió en una intervención de vanguardia en el mundo. Hasta su realización solo existía un antecedente realizado en EE.UU., pero el felino intervenido tenía una abertura craneal menor y, por lo tanto, el cerebro se encontraba menos expuesto. Además, en esa ocasión no se utilizó un implante a medida.

Fuente EFE