Por mucho que amemos nuestro trabajo y por mucha actitud positiva que le pongamos siempre, hay días… y días. Las situaciones que se viven en un centro veterinario son de lo más variopintas y no todas son agradables. No hay una fórmula milagrosa para afrontar un mal día en la clínica veterinaria y salir como una rosa, pero sí ciertos aspectos que se pueden tener en cuenta para ver las cosas de otra manera.
Tips para afrontar un mal día en tu clínica veterinaria
Quizás estas cuestiones no te parezcan importantes, ni nada que vayan a solucionar un mal día. Sin embargo, date tiempo para pararte a pensar en ellas.
1. Acepta que no puedes controlarlo todo
El primer paso para poder empezar a afrontar aquellas jornadas que no son tan buenas, es aceptar que todo no está en nuestras manos.
No podemos evitar decirle a un propietario que no se puede hacer nada por su mascota y que este se ponga a llorar desesperado o se enfade. Tampoco se pueden evitar las emergencias. No se pueden evitar ciertos problemas personales que arrastras irremediablemente al trabajo…
Cuando empiezas a entender que hay circunstancias que no puedes controlar y a las que vas a tener que enfrentarte, el peso sigue estando, pero no se le suma el «¿Y si no fuese así?», porque «así», tiene que ser.
2. Lo malo del trabajo, se queda en el trabajo
Otro punto importante para afrontar un mal día en la clínica veterinaria es que cualquier circunstancia negativa que se haya dado en ella, se queda ahí. Una vez acaba la jornada laboral es importante no llevarte esa sensación a casa.
Para ello puedes establecer algún tipo de rutina a realizar cuando salgas del centro: ve al gimnasio, a tomarte un café o date un paseo por un parque antes de volver a casa. Algo que repitas cada día y que sea el punto que te diga «se acabó por hoy».
3. No te tomes como personal algo que no lo es
Si el mal día lo ha provocado la actitud negativa de otra persona, recuerda que no es problema tuyo. Cada uno tiene sus propias batallas que librar y no te puedes tomar como algo personal la manera de comportarse de los demás.
4. Evalúa la situación
Antes de desconectar, otra forma de afrontar un mal día en la clínica veterinaria es evaluar qué es lo que ha sucedido. Evidentemente, como decíamos al principio, hay situaciones que no se pueden controlar y eso, lo mires por donde lo mires, no va a cambiar.
Sin embargo, quizás tu reacción ante eso sí podría haber sido diferente y eso fue lo que derivó en el malestar que tienes ahora. Pararte a evaluar eso que sí podrías haber hecho de manera diferente y encontrar una alternativa mejor te ayudará a aliviar el malestar, pues ya tendrás clara una herramienta por si se vuelve a dar la situación.
5. Haz algo diferente
Antes mencionábamos el establecer una rutina post trabajo para que te sirviera de punto y aparte, especialmente en los días malos.
Pero si el día ha sido de esos verdaderamente horribles (porque los hay), entonces lo mejor es romper con la rutina. Haz algo que te guste de verdad o date un capricho. Busca eso que te pueda sacar una sonrisa y no pienses mucho. Sabemos que no siempre es sencillo desconectar, pero no dudes que intentarlo ya es un gran paso.
6. Recuerda que eso no es tu vida
Puede ser que hoy te toque afrontar un mal día en la clínica veterinaria… y mañana otro… y pasado otro. Y así se convierte en una semana. Sí, puede suceder que no estés teniendo una racha excesivamente buena en el centro, pero no puedes extrapolarlo a toda tu vida.
Lo que sí puedes hacer es pararte a pensar si esto es lo habitual desde hace demasiado tiempo. Una de las señales que indican que un negocio veterinario no funciona es que sus trabajadores no se sientan a gusto en el mismo o que el personal decida marcharse continuamente. En ese caso, lo que anda mal es un problema del centro y no de las personas que trabajan en él. Plantéate entonces si ese es tu lugar.