Según el presidente de GEMCA AVEPA, Tomás Camps, la Ley de Bienestar Animal aportará muchas luces, pero también algunas sombras. Entre ellas, considera que uno de los artículos de la ley favorecería el intrusismo en contra de la profesión veterinaria.
Una evaluación de la ley en el Congreso de los Diputados
En palabras de Tomás Camps, esta ley va a suponer un cambio radical, pues se dejará de considerar el bienestar animal como una simple ausencia de sufrimiento, para fijarnos en otras cuestiones, como las emociones positivas o trabajar desde la prevención, atendiendo a los métodos de crianza y a las posibilidades que ofrece el enriquecimiento ambiental.
Un aspecto muy positivo será la regulación de la selección genética hacia razas que sufren muchos problemas a lo largo de su vida debido a sus malformaciones físicas. Este es el caso de las razas braquicéfalas.
Otra de las cuestiones más relevantes es que la norma se centra en la formación y educación poblacional en lo que a bienestar animal se refiere.
No obstante, existe una preocupación palpable alrededor del artículo 36.1, puesto que, en palabras de Tomás Camps, este favorece el intrusismo en contra de la profesión veterinaria.
La razón es que por esta ley se creará la figura del profesional del comportamiento animal. Dicha figura se enfocará en el diagnóstico y tratamiento de los problemas de comportamiento en animales.
Por ello, se espera que cuando el reglamento se desarrolle por completo, se aclaren las competencias de los diversos colectivos en lo que a este aspecto se refiere.
Además, es de valorar que la ley también establezca un comité científico enfocado a revisar y autoevaluar el buen funcionamiento de esta ley.
