En el día a día veterinario, son muchas las contraseñas que se comparten y utilizan para trabajar: correos electrónicos, redes sociales, software de gestión, etc. Por ello, es muy necesario crear vuestras contraseñas veterinarias seguras y sustituirlas por otras de vez en cuándo. Os contamos los motivos.
¿Por qué es importante cambiar las contraseñas veterinarias?
Muchas veces no se tiene en cuenta la importancia real de una contraseña. Esta es la primera línea de defensa para proteger parte importante de vuestro trabajo: desde los correos electrónicos, a los archivos de los pacientes, pasando por muchos aspectos más.
El equipo de profesionales de tu centro veterinario seguramente esté formado por varias personas y es probable que muchas de esas claves sean compartidas entre todas. Por ello, es muy importante renovarlas cuando:
- Un miembro del equipo que no debería conocer una contraseña se entera de ella por error.
- Un profesional ha dejado vuestro centro de trabajo.
- Tenéis la misma contraseña para acceder a varios sitios diferentes. Por ejemplo, la misma para Facebook e Instagram.
- Lleváis demasiado tiempo usando las mismas claves.
- Se trata de una contraseña demasiado simple y que podría averiguar cualquiera. Por ejemplo, 123456.
Cómo crear buenas contraseñas veterinarias
Es comprensible que crear una contraseña complicada supone recordar algo complicado. Sin embargo, esa no es la única manera de generar contraseñas veterinarias seguras.
Para que os hagáis una idea, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. considera que la seguridad de una contraseña es tan fundamental, que creó una guía para elaborar contraseñas.
Algunos de los consejos que dan son:
- Lo mejor es emplear combinaciones de letras con mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
- No usar una sola palabra, por muy larga que sea, que se pueda encontrar en cualquier diccionario de cualquier idioma. Ejemplo: «otorrinolaringólogo»
- Una contraseña segura apuntada en una nota adhesiva en la esquina de tu ordenador, deja de ser segura. Si tienes que anotar una clave, hazlo lejos del punto donde vayas a acceder con ella (ordenador, tablet, móvil).
- No elabores contraseñas basadas en información personal que se puedan averiguar fácilmente (nombre, cumpleaños, nombre de tu mascota…).
- Utiliza una contraseña diferente para cada cuenta.
Además de esto, es importante que no uses como contraseña el nombre de tu negocio veterinario.
Por otro lado, al acceder a cualquier cuenta debes asegurarte que las páginas de inicio de sesión empleen la encriptación, incluida en una URL, que comience con «https:», en lugar de «http:». También debe tener el icono del candado en la barra del navegador. Si este aparece solo en la web y no en la barra, podría tratarse de un gráfico incluido por un ciberdelincuente.
Las peores contraseñas veterinarias
Como hemos comentado, son muchas las razones para actualizar las contraseñas veterinarias de tu centro y el año nuevo es un momento ideal para ello si no lo has hecho antes.
Eso sí, antes de poneros a crear nuevas claves de acceso, tened en cuenta no usar algunas de las más comunes y, por tanto, más fáciles de adivinar:
- veterinario1
- «nombredelcentro»
- 123456
- 654321
- 123456789
- vet123
- contraseña
- perrosygatos
- micontraseña
- abc123
- qwerty
- 111111
- mascotas
- mascotas123
Como veis, no haría falta ser un adivino para descifrar cualquiera de esas contraseñas. Y aunque no las uséis, proteger vuestras cuentas con claves renovadas y elaboradas, es esencial para asegurar vuestro negocio.
Imaginad que alguien mal intencionado entra en vuestro programa y comienza a borrar fichas de clientes. O empieza a publicar en vuestras redes sociales contenido que dañe vuestra imagen. ¡No lo permitáis!