Cómo hacer una clínica veterinaria más dogfriendly

Cómo hacer una clínica veterinaria más dogfriendly

Consejos

Como bien sabéis, las visitas al veterinario por parte de los perros pueden convertirse en todo un desafío. No todos los peludos llegan a la consulta alegremente, sino que la mayoría presentan mucho reparo a la hora de entrar y permanecer en ella hasta que acaban de ser atendidos. Todo ello puede hacer que la prestación del servicio veterinario se complique un poco, pero esas situaciones pueden mejorar considerablemente si logras hacer tu clínica veterinaria un poco más dogfriendly.

Tips para hacer una clínica veterinaria más dogfriendly

El reconocimiento del lenguaje corporal canino es uno de los puntos más importantes a la hora de intentar comprender cómo se comunica un perro y ayudarle con sus temores en las visitas a vuestro centro veterinario.

Aunque el lenguaje corporal del perro pueda ser muy sutil, si se reconocen indicadores tempranos de intranquilidad se le podrá brindar calma a tiempo y evitar que pase a convertirse en un miedo real o, incluso, pánico, arriesgándose a que este reaccione de forma agresiva.

Además de esto, estos son algunos consejos para hacer una clínica veterinaria más dogfriendly.

Acondicionamiento de la sala de espera

Uno de los detalles para hacer tu clínica más dogfriendly está relacionado con tu sala de espera veterinaria. En ella puedes modificar la disposición de los asientos.

En lugar de que esta tenga los asientos ubicados permitiendo que los perros se vean cara a cara, puedes colocarlos espalda con espada o poner pantallas portátiles entre ellos. De esta manera, los canes se sentirán más seguros al ver que su espacio personal de seguridad no es invadido por otro.

Permiso para actuar

Los perros se sienten más seguros cuando han podido explorar y aclimatarse a los entornos nuevos, sobre todo cuando estos son tan estimulantes para sus sentidos como puede ser una clínica veterinaria.

Por ello, al ser examinado, hay que darle cierta licencia para que se mueva como desee. Es decir, permitir alejarse un poco si es lo que necesitan e ir examinándolos de manera gradual.

Regla de los tres segundos

Para inciar una primera toma de contacto, se puede emplear la regla de los tres segundos, explicada por la veterinaria Tamsin Durston.

Esta consiste en poner tus manos sobre el animal durante tres segundos y luego tomarte un descanso. Después volverías a empezar otro breve momento y así sucesivamente hasta que les dé tiempo de procesar ese nuevo contacto.

Resistencia ante la interacción con cachorros

Por muy bien intencionada que sea, la interacción con los cachorros en la sala de espera puede llegar a abrumarlos.

Es muy difícil resistirse, dado que son adorables, pero es importante, de entrada, admirarlos simplemente de lejos para que se calmen antes de entrar a la consulta.

A su vez, como sus primeras visitas al centro suelen implicar agujas, lo ideal es ayudarlos primero a construir una asociación positiva con el entorno veterinario, comenzando con prácticas como pesarlos en la báscula. Y, por supuesto, el ofrecimiento de alguna chuche.